Maternity blues es una alteración del estado de ánimo que se produce 3 o 4 días después del parto y tiene una durabilidad de 1 o 2 semanas. La mamá que lo sufre puede continuar su vida con total normalidad. Hay que vigilar la posibilidad de que no se desencadenen síntomas más graves. Entre ellos destacan:
- Tristeza y angustia
- Irritabilidad
- Ganas de llorar con frecuencia
- Ansiedad
- Cambios de humor
Maternity blues o, también llamado, baby blue es un síndrome desencadenado por factores fisiológicos y psicológicos. Los primeros se caracterizan por cambios hormonales que impactan directamente en el estado emocional. Se produce una caída del estrógeno y la progesterona mientras aumentan la hormona del humor, oxitocina, y la prolactina, preparando al cuerpo para la lactancia.
Con respecto a la lactancia también se producen cambios que pueden generar dolores o molestias en el pecho, y se suma al deterioro de la mamá que lo sufre. Además los puntos y cicatrices también desencadenan episodios de tristeza e irritabilidad. Y por último, el cambio en el ritmo del sueño, en consecuencia del bebé, provoca irritación y cansancio.
¿Qué factores psicológicos intervienen en la Maternity Blues?
En cuanto a los factores psicológicos surgen por la aparición de sentimientos de miedos e inseguridades por cumplir ciertas expectativas impuestas por la sociedad de la función de ser madre y la responsabilidad que genera un bebé. Además, la culpabilidad aparece cuando el niño ya no está en el vientre de su madre y ésta se siente culpable por no estar disfrutando de él y estar sintiendo tristeza por no llevarlo dentro.
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Por el contrario, la depresión postparto tiene una durabilidad mucho mayor, de unos 3 a 6 meses, y aparece 1 o 2 semanas después de haber dado a luz.
Durante este estado aparecen síntomas como cambios en el estado de ánimo que influyen lloros frecuentes, sensación de tristeza constante, irritabilidad, culpa o sensación de vació, además la incapacidad de sentir placer y pérdida del apetito sexual, otros síntomas como fatiga, cansancio y pereza, alteraciones de sueño o insomnio, ataques de pánico y ansiedad acompañados con pensamientos negativos.
La depresión postparto se manifiesta como sobreprotección de la madre con respecto al bebe, o por el contrario, rechazo hacia él.
Las madres que padecen depresión postparto se sienten incapaces de continuar su vida diaria con normalidad interfiriendo de forma negativa en su vinculación con el bebé y con el resto de relaciones sociales, ya bien sean familiares o de círculos allegados.
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