La felicidad es uno de los conceptos más explorados en psicología, ya que es todas las personas(o casi todas) desean. Por eso, te ayudo a dar con los ingredientes de tu felicidad.
¿La felicidad depende de las situaciones que vivimos o es un proceso que tiene que existir en nuestro interior? La verdad que es difícil contestar qué es, porque creo que existen tantas definiciones como personas. La RAE la define como “estado de grata satisfacción espiritual y física” o “ausencia de inconvenientes o tropiezos”. Esta última parte eliminaría cualquier posibilidad de que las personas que viven en situaciones en las que hay problemas sociales, familiares, o económicos, fueran de ninguna manera felices.
Al ser complicado llegar a una definición que nos agrade a todas, voy a intentar desgranar los ingredientes de tu felicidad o, al menos, la que considero la mejor receta para estar cerca.
Ser creativa: Experimentar
La mayoría de las personas tendemos la orientación a no salirnos de nuestra zona de confort. Buscar un estado que nos resulte fácil de mantener e intentar alejarnos de lo que consideramos un posible sufrimiento, adormeciéndonos en trabajos, relaciones y situaciones que nos generan mayor malestar. Intentar mantener nuestros sueños y deseos a raya, acabaremos sintiéndonos cansadas, tristes y sin ganas de hacer nada nuevo. Es importante aprender a explorar, trabajar nuestro miedo a la incertidumbre y frustración, porque aunque al principio sentiremos que estamos al borde de un precipicio, después nos sentiremos en un estado de satisfacción por conseguir nuestras metas.
Querer a la persona que te acompaña siempre
¿Quién diría que es la persona que nos acompaña siempre? ¡Nosotros mismos! Muchas de nosotras nos maltratamos psicológicamente, despertándonos con mensajes negativos de quiénes somos, de nuestra vida y de lo que esperamos del futuro. Es necesario, para alcanzar un estado adecuado, que aprendamos una nueva forma de hablarnos, analizando los pensamientos que nos mandamos para luego intentar modificarlo, diciéndonos las cosas que le diríamos a una mejor amiga o a nuestra pareja.
Tener un orden de importancia
¿No crees que hay demasiadas cosas en tu vida a las que consideras importantes cuando realmente no es así? Conseguir mucho dinero, hacer viajes en unas condiciones maravillosas, comer en sitios riquísimos o tener muchas relaciones sociales ¿Has probado a intentar vivir con menos necesidades y viendo a que tienes que dejar espacio para estar más relajado?
Hacer ejercicio físico
La actividad física pone en marcha un proceso cerebral que es el motor de la felicidad. Se ha comprobado que haciendo ejercicio una persona empieza a sentirse mejor, y no tiene porque ser uno de alto impacto, sino simplemente con caminar media hora al día ya se empiezan a notar cambios. Esto puede ser por activar un proceso relacionado con el cuerpo, pero también con la mente, ya que empiezas a llevar a cabo un hábito, sintiendo que desarrollas tu voluntad, compañera de viaje de la felicidad.
Disfrutar de relaciones positivas
Los seres humanos somos seres sociales, pero a veces nos pasamos tanto de rosca que mantenemos relaciones, durante mucho tiempo, que nos hacen muchísimo daño.
Es importante unirse a personas que nos ayuden a crecer y nosotros les respondamos de la misma manera, ayudándoles en el camino que es la vida. Lo mejor para ello es ser empáticos, comunicar de manera asertiva nuestras necesidades, realizar planes que nos diviertan ambos y apoyarnos en las metas mutuas e individuales.
¿En qué coinciden los anteriores puntos?
Todos, cada uno de ellos, tienen una característica y es la siguiente: Tomar el control de nuestra vida. La felicidad para mi, es saber dónde estás, con quién y cómo lo compartes e intentar hacer cosas que te ayuden a tener satisfacción y motivación. Este artículo no explora de cómo, las personas que viven una situación adversa, consiguen estar bien, porque considero que puede ser más complicado de explicar.
¡Gracias por leerme!