Bueno, lo primero que tengo que decir es que lo ideal es poner los límites antes de estar viviendo una situación de agotamiento. Es mejor no llegar a esos límites, pero sí que es verdad que existen algunas técnicas para poder recuperar el equilibrio. Te enseñamos qué es el agotamiento psiclógico y cómo decir basta ya.
¿Qué es el agotamiento psicológico?
El agotamiento psicológico es es un estado mental que se produce por el exceso de ocupaciones, y por el hecho de sentir las mismas como una carga, en vez de cómo un reto o desafío. Trabajar, tener hijos, estudiar a la vez que te desarrollas profesionalmente, hacer deporte… Nada en concreto, pero una carga que pesa como una mochila llena de piedras.
El agotamiento psicológico es sentir que no puedes llevar a cabo todas las tareas que tienes que desarrollar. Sentir que no tienes un momento para ti y que no llegas a casi nada de lo que te has propuesto hacer.
Te levantas por la mañana sin saber cómo vas a poder acabar el día, vas haciendo las cosas automáticamente, te olvidas de alguna de las cosas que quieres hacer y llegas a casa agotada. Además, dejas de hacer las cosas que te generan satisfacción, porque ya no tienes ganas, o si las haces no las realizas con las mismas de antes.
¿Por qué surge el agotamiento psicológico?
Este proceso surge por un exceso de obligaciones en nuestra vida. Asumir objetivos que no son nuestros y no saber poner límites en las relaciones sociales. Las personas que viven un proceso psicológico de este tipo, dejan de ver las acciones que están realizando como un reto. Pasan a verlas como una amenaza ante la cual no tienen recursos para responder.
Las personas que sufren esta situación de agotamiento psicológico tienden a sufrir fatiga física, problemas de sueño, pérdidas de memoria, irritabilidad, visión catastrófica de su vida, problemas de organización y sensación de falta de placer.
Además, hay una sensación general de que la situación no es modificable, que es algo que ha venido así, y que la posibilidad de modificarlo es inexistente. Es importante en terapia trabajar todos los síntomas, pero incidir en la importancia de que la contrabilidad de las situaciones que podemos abarcar la tenemos nosotros.
¿Qué hacer para no llegar al agotamiento psicológico?
- Trabajar los pensamientos para intentar dejar de ver la situación como algo que no se puede solucionar y pasar a verlo como un desafío.
- Rebajar la necesidad de hacerlo todo perfecto, o simplemente hacerlo. Vale, es algo que te has marcado hacer, pero sí no se puede hacer ver que las consecuencias no son tan horribles como te imaginabas. Puede que te encuentres mal las primeras veces que tengas que rebajar tu perfección.
- Sí, lo que has oído, para y relájate. No es posible tener energía para realizar actividades si no nos damos tiempo para el descanso. Es imposible. Por lo tanto una de las técnicas más importantes para vencer la ansiedad es descansar.
- Potencia tu empatía y compasión. Aprender a escuchar nuestro estado y el de los demás, saber aceptarlo y cuidar del mismo es una de las mejores claves para no sufrir agotamiento psicológico. Normalmente las personas más empáticas saben cuidarse y poner límites.
- Realizar actividades que te produzcan placer. Una de las cosas que más observo en terapia, es que la mayoría de las personas realizan tareas que creen que les van a ayudar a estar mejor. Cuando les pregunto si disfrutan de ellas me dicen que no mucho. Llegan cansadísimos a las mismas, y que lo que en realidad les apetecería es irse a casa a tomar algo fresquito. ¿Y por qué no hacerlo?. De verdad, en tu tiempo libre es ideal que lo gastes haciendo lo que te hace feliz, a pesar de que sientas que no es útil.
- Di NO sin sentirte culpable. Sí, es el título de un libro, pero no hay otra forma de explicar lo necesario que es poner ciertas “reglas” para relacionarte y no tener la sensación de que haces lo que los demás quieren. Al principio tendrás la culpabilidad a flor de piel, pero poco a poco te darás cuenta de que ganas tranquilidad mental y que las relaciones que tienen son sanas y equilibradas.