El duelo es el conjunto de reacciones físicas, emocionales y sociales que sufre una persona tras perder a alguien cercano, ya bien sea por fallecimiento, por una ruptura de relación de pareja o por pérdidas laborales, de salud, entre otras.
El individuo puede experimentar desde un sentimiento de tristeza hasta un sentimiento de desolación, que en el caso más grave dura años o toda la vida.
Es necesaria la asimilación y aceptación de la situación dolorosa para superar esta fase. El proceso del duelo no es más que una reacción adaptativa, es decir, la asimilación de una pérdida, y no sigue un patrón concreto de cómo una persona tiene que manifestar y afrontar su dolor. Influirá según la relación interpersonal que una persona tenga con otra, por lo tanto, cada duelo será diferente.
El duelo puede manifestarse en síntomas somáticos como, por ejemplo, pérdida de apetito, cefaleas, insomnio, hipocondría, entre otras. Y, también, psicológicos, pena y dolor.
Las fases del duelo
Cuando perdemos algo o a alguien muy importante para nosotros se suele pasar por diferentes etapas hasta acabar pasando página, es decir, el final del duelo.
Estas fases van a variar según el tipo de pérdida que la persona haya tenido. Como dije arriba influirá si es por separación, fallecimiento, enfermedad, etc, y además, las características del hecho en sí.
Si es por fallecimiento, lo vamos a enumerar en 7 fases, aunque no todas las personas atraviesan todas ellas, pero sí experimentan una emoción según los factores que influyen.
- Negación. No creo que haya ocurrido.
- Tristeza. El dolor de la pérdida.
- Culpa. El sentimiento de no haberlo hecho bien.
- Ira, rabia. Si es justo o no.
- Desolación, y nostalgia. Sentimiento de vacío y el echar de menos a la persona perdida.
- Aceptación. La fase final del proceso, donde ya el dolor no existe.
En las rupturas de pareja, aunque como bien he dicho van a influir también factores y dependerá del tiempo en el que se prolongue, las etapas más comunes son:
- Incredulidad, Negación. En esta primera fase aparece el mecanismo de defensa de no querer enfrentarnos a la realidad. Este durará los primeros días posteriores a la noticia, salvo en casos muy específicos.
- Insensibilidad. Cuando la persona comienza ya a creer lo que ha ocurrido, entran en la fase en la que muestran indiferencia absoluta. Dicen no sentir nada y describen la situación sin sentimiento alguno ( habitualmente, diagnosticando un bloqueo emocional).
- Tristeza. Se trata de una emoción que la persona tiene que pasar sí o sí para el proceso del duelo.
- Miedo, angustia, culpa. Comienzan a aparecer nuevas emociones, aunque no han de seguir un orden en concreto. Aparece miedo generalizado a todo. La angustia viene de la mano de la ansiedad.
- Ira (venganza). En esta fase la persona toma conciencia de todo lo ocurrido, y se lo toma como un ataque personal. Entra en juego el enfado y el rencor, y tiene una necesidad de vengarse. Aunque el sentimiento no es algo malo, quedarse atrapado en esta fase es fácil, y se puede prolongar el sentimiento de ira durante mucho tiempo.
- Sensación de descontrol, necesidad de salir, etc. En esta fase hay una necesidad de cambio absoluto. La persona que lo experimenta busca un aumento de autoestima a través de cambios y renovación de diversas áreas vitales. Es un camino rápido hacia la aceptación de la situación ocurrida.
- Nostalgia. En esta fase la persona vuelve a sentir tristeza tras hacer una recapitulación de lo ocurrido y comienza a echar de menos a la persona que ha perdido. Decide frenar y aislarse de los demás, ya que la nostalgia viene de la familia de la tristeza y ésta reclama introspección.
- Serenidad, necesidad de estar mejor. Esta es una etapa donde la persona, ya harta de pasarlo mal, busca estar tranquilo y estar bien. Para ello comienza a retomar los contactos sociales y muchas rutinas, vuelve a exponerse ante situaciones que evitaba y hace cambios en su propia casa. Aunque va a seguir sintiendo emociones de tristeza y nostalgia, pero conseguirá desecharlos rápido.
- Aceptación. Una vez que se ha llegado a esta fase, es porque el proceso de duelo ha concluido. La persona se ve fuerte y capaz de continuar con su vida sin que las emociones negativas le afecten tanto.
Pautas recomendadas para personas en duelo
Practicar diariamente técnicas o tomar hábitos saludables para cuidar de la salud es necesario para el proceso de duelo. El objetivo es la prevención de enfermedades y fortalecer nuestro sistema tanto físico, como mental.
Es importante seguir una serie de recomendaciones:
- Comer saludable e hidratarse. Está comprobado que comer de forma saludable, es decir, aportar al cuerpo lo que diariamente necesita, combinando alimentos, reduce la ansiedad. De lo contrario la aumenta y nos quita la energía. Hablamos de la comida basura o consumir mucho azúcar.
- Dormir adecuadamente. Es recomendado para restablecer el equilibrio dormir de 7 a 9 horas en adultos. Conseguiremos recargar nuestra energía para hacer frente al día a día.
- Evitar el alcohol u otras drogas. Callar nuestras emociones mediante este tipo de estupefacientes es un error ya que producen efectos muy dañinos y negativos a largo y corto plazo.
- Hacer ejercicio físico. Está demostrado que el ejercicio es un buen calmante del estrés, y por tanto reduce la ansiedad. Si no te motiva hazlo en compañía o busca el ejercicio o la actividad física que más te divierta.
- Escuchar el cuerpo. Hay veces que nuestro cuerpo nos dice qué frenemos. Las experiencias amargas nos quitan muchísima energía así que ¡descansa! cuando lo necesites.
Es importante atender esas emociones, sentimientos y pensamientos que tras sufrir una situación traumática pueden dejar consecuencias negativas en nosotros. La ayuda tanto de familiares como de un terapeuta para indicar las pausas que ha de seguir y superar el duelo lo antes posible, es fundamental. El afectado de alguna manera está acompañado.
¡Gracias por leerme!