Las habilidades sociales se definen como “la conducta que permite a una persona actuar según sus intereses más importantes, defenderse sin ansiedad inapropiada, expresar cómodamente sentimientos honestos o ejercer los derechos personales sin negar los derechos de los demás (asertividad)” (Alberti y Emmons, 1978, p.2). Es importante decir que el contexto cultural del individuo es de gran relevancia a la hora de definir lo que es habilidad social.
Esta falta de habilidades sociales, muchas veces denominada timidez, y actualmente denominada falta de asertividad, se puede dar por varias explicaciones y relacionada con algunos problemas como la fobia social. Este déficit puede ser por los siguientes motivos:
Empleamos el entrenamiento en habilidades sociales en los casos en los que a la persona le cuesta adaptarse a las normas sociales, situación que influye negativamente en su relación con su entorno.
Un término muy relacionado con el entrenamiento de las habilidades sociales es la asertividad. Esta palabra, y lo que representa, tiene un papel importante en psicología, ya que es una forma de actuar que nos puede ayudar muchísimo. La asertividad consiste en saber expresar nuestros deseos o necesidades, respetando al otro y a nosotros mismo sin tener que usar la agresividad ni la pasividad.